LA PREVIA, ALCOHOLISMO EN JÓVENES Imprimir
Escrito por Gov.Pcia de Bs. As.   
Sábado, 31 de Julio de 2010 22:06

 

Jóvenes y alcohol: "la previa" en el banquillo


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Una reciente encuesta oficial revela que el inicio en el consumo de alcohol se produce a edades cada vez más tempranas. Especialistas y autoridades del área aseguran que los mayores niveles de ingesta se concentran en "la previa" del boliche: esa costumbre arraigada en los últimos años, según la cual los chicos se reúnen a tomar horas antes de ir a bailar y que en los últimos años "se mudó", por cuestiones económicas, desde los bares a los domicilios particulares. Buscan crear conciencia en torno a la necesidad de restar legitimidad a una práctica muy arraigada.

 

"'La previa' es tan importante en las noches de fin de semana, que muchos chicos se quedan con eso y después ni siquiera van al boliche", dice Luciano Pereyra (21) mientras tarjetea en una esquina céntrica, cuando se refiere a un hábito que preocupa cada vez más a especialistas y autoridades. Y si esa preocupación hoy se ve potenciada es porque unos y otros creen que el creciente consumo de alcohol por parte de los jóvenes durante los fines de semana se vincula especialmente con esa costumbre que en los últimos años -y de la mano de factores económicos- "se mudó" desde los bares a los domicilios y se transformó para muchos chicos en "un fin en sí mismo".

Esta es una de las conclusiones centrales del diagnóstico que hacen autoridades y especialistas a la hora de analizar el preocupante vínculo entre jóvenes y consumo de alcohol. Un vínculo que, reconocen, se inicia cada vez más temprano, que es más frecuente de lo aconsejado y que suele ser la puerta de entrada a otras adicciones y perjuicios.

Adolescentes y jóvenes, en tanto, admiten que "la previa" es el momento de la semana en el que más se toma. Lo atribuyen fundamentalmente a una cuestión de precios que incidió para que el consumo de alcohol se mudara desde los boliches y los bares a los propios domicilios particulares o a las esquinas de los barrios.

Y si esto sucede es porque existe una legitimación social hacia esta práctica, que hace que muchos padres relativicen sus efectos negativos, controlen poco, o directamente no controlen el consumo de alcohol que se hace puertas adentro y antes de salir.

"Lo que suele suceder es que cuando 'la previa' se hace en una casa los chicos roten, y busquen algún lugar cercano a los boliches donde en ese momento no haya padres. Cuando eso no pasa se busca una casa con padres 'piolas' que no se pongan muy controladores", describe Matías Basukevich (20).

Chicos y padres consultados coinciden en atribuir el arraigo de "la previa" a los horarios de los boliches, "que empiezan tarde y a los que a nadie se le ocurriría ir antes de las 2 de la mañana".

Javier Goñi, Subsecretario de Atención de las Adicciones, considera que las causas y consecuencias de la previa son todavía más profundas.

"La existencia de esta costumbre, culturalmente aceptada, agudiza el consumo de alcohol. Pero lo peor es que lo que se oculta detrás del fenómeno es un imperativo que rige entre los jóvenes, según el cual para divertirse se necesita estar 'borracho' o 'puesto', como dicen ellos. Paradójicamente, por ese consumo excesivo de alcohol muchos pierden la noción de lo que hacen. Y es así como a los trastornos provocados directamente por el alcohol, se suman los indirectos: como el embarazo adolescente, la violencia, los accidentes de tránsito", sostiene el funcionario.

Goñi cree que los patrones culturales han cambiado en los últimos 20 años y que hoy el rol que jugaba el cigarrillo en el tránsito entre la adolescencia y la adultez fue suplido por el alcohol, en una generación que valora la ecología y la lucha contra el tabaco, pero que se muestra muy tolerante frente al consumo excesivo de bebidas.

Y sobre todo, destaca que la falta de una condena social hacia la venta de alcohol a menores permite que este se siga vendiendo a pesar de la legislación que lo prohíbe y de los controles destinados a hacerla cumplir que, asegura, se intensificaron en los últimos tiempos.

De allí que, entre otras medidas, desde la Provincia se apunte a generar conciencia entre chicos y padres en torno a estas cuestiones y poniendo el foco en "la previa", actuando en la comunidad y llevando ese mensaje a ámbitos como la escuela y las campañas de comunicación masiva.

Actualmente la venta de alcohol está prohibida en kioscos, polirrubros, estaciones de servicio y de manera ambulante. Entre las 23 y las 8 la prohibición alcanza a almacenes, supermercados, despensas y similares. Tampoco está permitido vender alcohol a menos de 200 metros de cualquier evento de concurrencia masiva.

En la actualidad son 45.000 los comercios que en la Provincia están inscriptos en el Registro y se encuentran en condiciones regulares de comercializar bebidas alcohólicas. Los que no cuentan con licencias y de todas maneras venden pueden ser multados por entre mil y cien mil pesos y penados con la clausura de cinco a ciento ochenta días, mientras para el caso de un distribuidor que proveyese alcohol a un comerciante no habilitado está prevista una sanción de clausura de hasta 180 días y multas por más de 500.000 pesos.

EL ESTUDIO

Un estudio recientemente difundido por la Subsecretaría de Adicciones pone en evidencia que el consumo de alcohol se inicia en la provincia a edades muy tempranas y que se registra con una alta frecuencia, coincidente con el número de salidas promedio protagonizadas por los chicos.

Según esa encuesta, realizada en 2008 entre más de 2000 alumnos secundarios de entre 16 y 23 años de todos los distritos de la Provincia, el 20% de los jóvenes probó el alcohol entre los 12 y los 13 años, el 30% entre los 15 y los 16, el 43% entre los 16 y los 17 y un 7% antes de los 12.

En cuanto a bebidas fuertes, el inicio en el consumo es mayor entre los 14 y los 17 años, franja etárea en la que el 70% dice haberlas probado, según los resultados de la encuesta.

Las bebidas alcohólicas mezcladas con energizantes también figuran entre los tragos que eligen los chicos, tanto en bares y boliches como en la casa, donde los preparan ellos mismos. Entre los 14 y los 17 años, el 56% contó que probó alguna bebida fuerte con energizante.

La mitad de los consultados indicó, además, que toma una vez por semana, y el estudio pone en evidencia, además, que el alcohol es la sustancia más consumida entre los jóvenes de la Provincia.

El sondeo indagó también acerca del entorno de los chicos y los niveles de información sobre los riesgos del abuso de alcohol. El 66% aseguró que "la mayoría" de sus amigos toman en primer lugar cerveza, en segundo vino, luego bebidas fuertes y por último las mezcladas con energizantes. Entre el 20 y el 25% dijo que "muchos" de sus amigos toman alcohol y sólo el 1% expresó que "ningún" amigo toma cerveza, que parece ser la preferida de los jóvenes.

Otros de los datos manejados por la Subsecretaria de Atención de las Adicciones y procedentes de un estudio realizado por la Secretaría de Programación para la Prevención del Narcotráfico -Sedronar- indica que 1 de cada 3 menores consultados reconoció haber consumido alcohol en el último mes previo a la consulta.

En lo que hace a la información manejada por los chicos en torno a este tema, sólo el 3,6% de los consultados dijeron carecer de ella. Los jóvenes reconocen a los padres y a la escuela (28% en cada caso), ser la principal fuente de información, mientras que radio y TV fueron mencionados en el 17% de los casos.

Del mismo estudio surge que la franja que va de los 19 a los 25 años es la que registra el mayor índice de consumo de alcohol.

EBRIOREXIA

El consumo excesivo de alcohol entre los jóvenes despertó una nueva preocupación en torno a un trastorno alimentario asociado con alcoholismo que ya genera inquietud en algunos países europeos.

Se trata de la ebriorexia -que viene a sumarse a las más frecuentes bulimia y anorexia- y que se manifiesta en la voluntad de quien lo padece en sustituir la falta de comida con la ingesta de alcohol.

Es una patología que puede traer graves consecuencias y, lo más preocupante, es que muchos ebrioréxicos lo son sin saberlo.

Es un trastorno difícil de detectar, dado que es bastante común que en la actualidad un adolescente se emborrache los fines de semana y además esté pendiente de su dieta.

El ebrioréxico sustituye la falta de comida en el estómago con las calorías que aporta al organismo el consumo desenfrenado de alcohol, indican los especialistas que agregan que, en los casos más graves el alcohol se mezcla con drogas para poder aguantar más tiempo sin comer.

El riesgo principal de la ebriorexia, según la asesoría psicológica de ADANER, es que puede derivar en desnutrición, intoxicación por etanol e incluso coma etílico, además de dañar de forma fulminante órganos vitales y las neuronas. En la Argentina, el problema todavía no fue detectado.

Precios y horarios, detrás de una costumbre arraigada

Jorge Zelarrayán (23): "La previa es una costumbre muy arraigada que no va a ser fácil cambiar. Y creo que se vincula básicamente con el precio del alcohol. Los chicos toman en su casa porque les sale mucho más barato que hacerlo en el boliche. Y en La Plata esta costumbre está muy consolidada, sobre todo porque se trata de una ciudad con muchos jóvenes. Me parece que poner el foco en la previa no alcanza y que en el problema del alcohol están presentes cuestiones mucho más profundas, como la educación y la cultura".


Alfonso Prieto (25): "Es cierto que 'la previa' es el momento que concentra más el consumo de alcohol desde hace muchos años y que es una costumbre que no va a cambiar con facilidad. En eso tiene que ver una cuestión cultural y de horarios. Está muy instalada la idea de que el que cae en el boliche antes de las dos de la mañana es un desubicado. Entonces, los jóvenes se reúnen antes a tomar y generalmente lo hacen en las casas".

Ayelén Díaz (19): "Hace rato que la previa se mudó de los pubs a las casas y es por los precios: con los 15 pesos que pagás un porrón de cerveza en un boliche te comprás cuatro litros en un negocio de barrio. Eso ya está muy consolidado entre los chicos. Generalmente se elige ir rotando y hacerla en casa de aquellos que van a estar solos. La actitud de los padres es diversa. Algunos son muy controladores con lo que se toma, otros son muy tolerantes. Y a veces se toma de más".

Luciano Pereyra (21); "Tan importante es hoy la previa que algunos chicos se quedan con eso y después no van al boliche. La costumbre es hacerla en las casas de los que viven más cerca de los boliches y preferentemente cuando los padres no están o en casas de padres que son 'mas piolas' y no andan controlando tanto lo que se toma".

Matías Basukevich (20): "A mi me parece que, antes que generar conciencia sobre la previa y el consumo de alcohol habría que fomentar que los boliches abran más temprano, porque sino, se arma una cadena difícil de cortar. Hoy la previa está muy arraigada. A tal punto, que en los últimos años aparecieron montones de servicios de delivery de bebidas alcohólicas para ese momento".


Luciana (16): "Me parece que mientras todo empiece tan tarde la previa va a seguir y se va a seguir tomando en las casas o comprando alcohol en los deliverys. Cambiar el horario de los boliches, que arranquen más temprano, podría ser un punto de partida para cambiar un poco las cosas".
 

Última actualización el Viernes, 24 de Septiembre de 2010 18:09